
Caligrama realizado a partir del análisis del tratado de paz entre Estados Unidos e Irak.
Bruto miró a Julio Cesar a los ojos muertos, y le dijo que sentía un dolor que su asesinato también era un suicidio. Y trato de purgar su culpa con recursos linguísticos. Pero las palabras de Bruto eran un flatus vocis estéril que asesinaba a Bruto por cada una que pronunciaba . Ni Dios podía redimirlo por ser solo un nombre. Porque los actos de un hombre son el hombre mismo. Se transforman en su esencia. Y qué es la esencia de un hombre sino lo que hacé. Y qué es el hablar si no acto de hablar más no de actuar.
La sangre brotaba del cuello de Julio como brotaba el sudor frío del rostro de Bruto. Y esté se acordó de un arroyo en el cual se había sumergido y que quedaba cerca de Jerusalém. Recordo estar envuelto en una capa algo grasosa que cubría todo su cuerpo, y no era más que el recuerdo del feto bañado en sangre que fue. Y a medida que hundía el cuchillo en el cuerpo de Cesar más se le venía a la mente el cadáver de un cerdo que vió ser asesinado por su padre cuando todavía no era más que un niño. Un patricio se revolcaba con una plebeya en ese mismo instante y daba lugar a la concepción de un exiliado romano por asesinato de un senador que a su vez era antepasado de Mussolini. Bruto imaginó un apareamento pero el antepasado gestado sería el de un caballo, pensamiento producto de las ideas heréticas que había heredado de Asia. Porque la fe era la más prostituta de las costumbres.
Mezclaba las letras de Julio Cesar y formaba puñales. Togas. Diademas. Podría crear un sistema solar con ellas. C era el sol, que giraba alrededor de la perfecta o. En ese momento quitaba la vida de un hombre, uno de los más recordados que habría en la historia, pero también creaba mundos del arbitrio del idioma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario